Decur

Decur (Guillermo Decurgez) nació en Rosario en 1981 pero se crió y creció en Arroyo Seco, una localidad pequeña, ubicada a muy pocos kilómetros de la ciudad cuna de la bandera. De niño vivía dibujando, pero también armaba sus juguetes con ladrillitos. De adolescente dibujaba para hacer reír a sus amigos o caricaturizar a alguna figura del momento, pero veía al dibujo como un hobby porque, para él, los adultos se dedicaban a otro tipo de cosas. Y así fue, cuando dejó de estudiar a los 15 años, que empezó a trabajar con su padre como peón de albañil. No conforme, concluyó sus estudios y buscó su camino en la psicología, pero quedó en intento y vivió cuatro años difíciles en la fábrica de General Motors, siendo una pieza humana en medio de una línea mecanizada encargada del montaje de autopartes. Pensó entonces que su búsqueda estaba en el Diseño, pero tampoco prosperó. Entre él y su destino, se interpuso luego un cyber, una situación que se le hacía aún más triste que trabajar en la fábrica. La depresión lo hizo su víctima,  encerrándolo en su cuarto, en la casa de sus padres, sin hablar con nadie y sin contacto alguno con el dibujo. Hasta que un día en el 2009, haciendo zapping en la tele, se encontró con una entrevista al dibujante Liniers... y tuvo su momento de epifanía: “¡Si Liniers puede hacerlo, yo también!”. Compró acrílicos y pinceles, volvió a dibujar y abrió un blog para subir los resultados. Por primera vez en años se sintió despierto: había nacido Decur. De a poco, fue desarrollando su estilo y logró hacer un nombre entre sus pares. En la revista cordobesa La Murciélaga comenzó a publicar en papel. Liniers, a quien ya había conocido personalmente, lo invitó a participar en su tira Macanudo de La Nación. Luego llegó la convocatoria en revista Fierro, un referente de la historieta argentina. Se presentó a la revista Orsai donde ilustró un cuento de Abelardo Castillo tan soberbiamente, que luego hizo todas las tapas del año 2012. Sus publicaciones siguieron en La Posta Hoy de Arroyo Seco, Un Mundo Mejor, Revista Ñ y revista Larva de Colombia. A fines de 2011 apareció su primer libro: Merci! (Ediciones de La Flor), con prólogo de Liniers, que fue presentado a lo largo de todo el 2012 en diversas partes del país, Bolivia y Colombia. En el 2013, además de su exposición en Galería Mar Dulce, se encuentra preparando proyectos de dos libros nuevos. Sigue trabajando en la casa de sus padres, en el escritorio circular de su propio diseño que le permite trabajar en 360º. En sus propias palabras, Decur es: “un niño que habita en el cuerpo de Guillermo Decurgez. Dibuja y pinta lo que tiene ganas”. Y Decur no solamente ha hecho feliz a ese niño triste de Arroyo Seco, sino también a nosotros, su público.